
“En nuestro concepto, el contrato Dreyfus representaba un gran progreso en el manejo de las rentas del guano. Las dificultades sobrevivientes tuvieron origen, más que en el contrato mismo, en los empréstitos levantados por mediación de la citada casa y en los excesivos adelantos que de ella pidió el Gobierno, para los gastos interiores, desvirtuando la idea que había inspirado el plan”.
Pero Balta y de Piérola ¿cómo emplearon esos dineros frescos? En Europa de ese tiempo imperaba el “boom” de los ferrocarriles. Balta como hemos dicho, sin medir las consecuencias para el Perú, inició un agresivo plan ferrocarrilero en el Perú. Como las arcas eran deficitarias, acudió al fácil recurso financiero del préstamo extranjero. Y en París donde estaba la matriz de la casa Dreyfus & Hnos., otorgaron el primer préstamo por 76 millones de soles, con lo que sobrepasó largamente el rendimiento financiero del guano, el principal recurso de entonces para captar capitales vía exportación.
Todo ese dinero se usó en construcción de ferrocarriles; así los datos: en el año 1861, el Perú contaba con una red ferrocarrilera de 90 kilómetros. Se llegó al año 1874, con 947 kilómetros. Entre 1861 y 1874, en 13 años, se había construido un

Pero la fiebre de la construcción continuó. En 1879, el Perú, contaba con 1,963 kilómetros de vía férrea. Se duplicó en 5 años la capacidad ferrocarrilera instalada.
La bonanza del dinero prestado con el que se construían los ferrocarriles, como se supone, fue pasajera. Como al Gobierno le faltaba dinero para pagar a los contratistas de la construcción de ferrocarriles recurrió a pedir adelantos a Dreyfus & Hnos., ocasionando que a la cuantiosa deuda pública, ahora se agregara el consumo por adelantado de la renta producida por al contrato Dreyfus.
Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta, fue diseñada por Nicolás de Piérola. Mientras los funcionarios gubernamentales estaban ocupados en la danza del guano, los empréstitos y los ferrocarriles, la población peruana estaba mucho más que desprotegida; estaba abandonada sobre todo la población de los estratos más pobres. La falta de servicios elementales de higiene, de salud y educación eran notables.
La “política salvadora” de Balta y de Piérola como ministro hizo que el hombre pobre tuviera que lidiar con graves problemas de malnutrición, la que se convirtió en caldo de cultivo de diversas enfermedades y de una mortal epidemia. Entre los gobiernos de Mariano Ignacio Prado y del de José Balta, se presentó una epidemia de fiebre amarilla. Fue detectada en marzo de 1868, cuando Lima tenía aproximadamente 100,000 habitantes. Sus efectos fueron impresionantes: hubo días que morían 86; en otros 48 personas (una de las víctimas fue José Toribio Pacheco, 1828–1868, distinguido jurista y diplomático). Recién en junio la epidemia desapareció. Entre marzo y junio de 1868 habían muerto, por fiebre amarilla, 4.222 personas; de otras enfermedades habían fallecido, 1.522. Del total de muertos, 779 eran de la misma Lima; 3.170 de otros lugares del país; y 1.134 “sin definición de procedencia”. Murieron, asimismo, 130 italianos, 89 franceses, 76 chilenos y 23 ingleses.
Cambios en el contrato.

Octubre de 1872
El primer cambio en el contrato vino en relación a las mensualidades de 700 mil soles que debía entregar Dreyfus. En esta entrega, Dreyfus hacía descuentos por adelantos y comisiones de la gestión de empresitos, y al final, la entrega líquida era de 300 a 400 mil soles.
Se firmó con Dreyfus un nuevo convenio en el cual, este entregaba una mensualidad por un año de 500 mil soles (6 millones al año) y luego una mensualidad de 200 mil soles por el año siguiente (2.4 millones).
Marzo de 1873
Otro cambio del contrato fue en relación al millón de libras esterlinas, equivalentes a 5 millones de soles, que Dreyfus tenía que aportar cada año hasta amortizar los bonos del emprésito de 1865.
En enero de 1872, el gobierno de Balta hizo un contrato con Dreyfus para la emisón de bonos por 36.8 millones de libras esterlinas, equivalentes a 184 millones de soles de plata, además de que Dreyfus debería de rescatar todos los bonos de 1865 y cobrarse con lo obtenido de ese emprésito. Pero resultó que por la crisis económica mundial de ese año, solo se pudo colocar 4 millones de libras esterlinas en bonos.
En marzo de 1873, el Estado pactó con Dreyfus la suspensión de la entrega del millón de libras esterlinas de la deuda externa, pues ya todos los bonos habían sido rescatados por Dreyfus; la entrega de dos millones de libras esterlinas ese año, para atender los trabajos públicos (ferrocarriles), la entrega de un millón de libras esterlinas anuales, y postergar la colocación de bonos que Dreyfus debía hacer del emprésito de 1872 hasta que los bonos peruanos suban en su cotización.
Abril de 1874
A fines de 1873, Dreyfus tenía por exportar un millón de toneladas de guano de las dos que había comprado. Podía, mientras no las vendiese, impedir que el gobierno consignase o negociara el abono de los mercados europeos. Es que el contrato no específicaba hasta cuando Dreyfus tenía tiempo para retirar sus dos toneladas de guano, quedando indefinidamente en posición de monopolio. Dreyfus tampoco había cumplido con entregar el millón de libras esterlinas para el fondo de obras públicas, de acuerdo a la modificación de marzo de 1873. Además, Drefus pasaba por una terrible falta de liquidez que podía llevarlo a la quiebra, agudizado por al caída de demanda del guano en el mercado europeo.
El 15 de abril de 1874 se acordaron nuevas modificaciones al contrato:
El gobierno obtuvo el derecho de exportar guano desde el 1 de julio de 1875 y de venderlo en todos los mercados del mundo desde el 1 de noviembre de 1876, aún cuando Dreyfus no haya concluido de exportar el guano comprado.
Dreyfus entregaría 7 millones de soles por mensualidades para atender los gastos públicos.
Dreyfus pagaría los intereses y amortizaría la deuda externa en los semestres de 1 de julio de 1874, 1 de enero y 1 de julio de 1875.
Dreyfus recibió el derecho de beneficiar el guano mediante el procedimento del ácido sulfúrico para aumentar su proporción de materias fertilizantes.
Se redujo el precio de venta de 13 libras esterlinas a 12 libras 10 chelines, pues el gobierno pensaba que el alto precio había ocasionado la caída de la demanda.
Al final, llegó noviembre de 1876 y Dreyfus estaba muy lejos de haber vendido sus dos toneladas de guano y entró en vigencia un contrato de consignación entre el Estado y la Peruvian Guano Company.